La derrota del machismo
El Tribunal Constitucional ha desestimado de manera contundente (diez votos contra dos) el recurso interpuesto por el Partido Popular contra la Ley de Igualdad que, como otras normas que garantizan la paridad de derechos, están siendo objeto de una cruzada por parte de esta derecha española que nos ha tocado aguantar como si fuera una maldición bíblica.
El machismo ha sido derrotado y el PP ha quedado dibujado como lo que es, un resquicio de la derecha del siglo XIX, un grupo de defensores de la familia tradicional en la que la mujer sólo debe dedicarse a “sus labores”. En una España que apuesta por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y que repudia todo tipo de discriminación, son indefendibles tesis tan machistas, homófobas y casposas como las que abanderan Rajoy y compañía. Tienen que entender que la igualdad promulgada por la ley que han recurrido no es “un torpedo contra la democracia”, como dijo el dirigente popular Ignacio Astarloa, y que el único torpedo contra la democracia es su forma de actuar.
Esta sentencia es, además, un serio correctivo a la actitud del PP a lo largo de toda la legislatura. En lugar de hacer política en el Parlamento, Rajoy ha utilizado las cámaras para crispar y obstaculizar la acción del Gobierno sin aportar ninguna propuesta, al tiempo que ha basado su acción política en interponer recursos ante el Tribunal Constitucional contra todas las leyes que garantizan la igualdad.
Uno de los argumentos expuestos por el PP cuando presentó el recurso contra la Ley de Igualdad fue que la norma vulnera la capacidad de los partidos para confeccionar libremente las litas electorales. Partiendo de esta afirmación, y viendo lo que ha ocurrido en la confección de algunas listas del PP para las elecciones generales, me pregunto si Rajoy se habrá planteado recurrir contra Aznar y el sector más radical de su partido por no haberle dejado libertad para seleccionar candidatos.
Ayuda para las familias
El presidente del Gobierno se ha comprometido a realizar una devolución de 400 euros a todos los trabajadores y pensionistas que pagan IRPF que será efectiva en el mes de junio. Esta medida va a suponer una importante ayuda para las familias que más pueden estar notando el efecto de la subida de precios y de las hipotecas, que se han encarecido como consecuencia del incremento de los tipos de interés realizado por el Banco Central Europeo.
La ayuda, que representará un significativo estímulo para la economía, va a beneficiar a todas las familias españolas, pero de manera muy especial a los más de cuatro millones y medio de hogares en los que trabajan los dos cónyuges y que van a recibir una inyección total de 800 euros. Este ingreso, por ejemplo, compensará el aumento que ha experimentado el precio de las hipotecas. La medida es, además, progresiva. Al recibir todo el mundo lo mismo, los que se van a ver más beneficiados son aquellos contribuyentes con rentas más bajas y los pensionistas, dado que en muchos casos se les va a devolver el dinero que en su día ingresaron en el fisco.
Esta medida de apoyo a las familias ha sido, como siempre, criticada por el PP, que en esta cuestión va a Dios rogando y con el mazo dando. Habla de ayudar a las familias y, cuando se pone en marcha una medida que las beneficia, pone el grito en el cielo. Piden que el Gobierno actúe en el ámbito económico y, cuando éste lo hace, les parece mal, lo critican y dicen que electoralista.
La segunda etapa del cambio
El Partido Socialista celebra este fin de semana la Conferencia Política en la que se va a aprobar el programa con el que José Luis Rodríguez Zapatero, al frente de un nuevo gobierno socialista, va a llevar adelante la segunda etapa del cambio. Aprobamos el programa de gobierno con el que vamos a salir al encuentro de la segunda década del siglo XXI.
Hemos avanzado mucho y muy deprisa para alcanzar a los países de Europa que durante décadas han sido más prósperos, más democráticos y socialmente más justos. Ahora somos uno de ellos. Ahora ya no se trata de alcanzar a los mejores, sino de convivir y competir con ellos. Esa es una tarea difícil, una tarea exigente. Por eso necesitamos un gobierno que se lo crea.
El mensaje de fondo del PP es que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero lo tienen difícil para que nadie les crea. Porque no es fácil convencer a los ciudadanos de que es mejor el 11% de paro de la época de Aznar que el 8,5% de paro que tenemos con Zapatero; no es fácil hacer creer que es mejor un crecimiento del 2% que un crecimiento del 4%, o que es mejor un salario mínimo de poco más de 400 euros que uno de 600. No es fácil explicar por qué es preferible no abrir ni una sola línea de alta velocidad en ocho años, que fue lo que ellos hicieron, que convertirse en el país del mundo con más kilómetros en construcción, que es lo que pasa ahora.Hace cuatro años, los ciudadanos entregaron a unos la responsabilidad de gobierno y a otros la responsabilidad de la oposición. Ha llegado el momento de enjuiciar lo que hemos hecho unos y lo que han hecho otros.
El PP se esconde en sus mentiras
En el primer acto público en el que participó tras conocerse que iba de número dos en la lista de Madrid al Congreso por el PP, a Manuel Pizarro le preguntaron si estaría dispuesto a tener algún cara a cara con alguien del Partido Socialista o con Pedro Solbes. Pizarro, en tono jocoso y gesticulando como un mal actor que sobreinterpreta, contestó: “Con todos los que quieran. Que vayan saliendo”. Pues bien, dos emisoras de radio han propuesto sendos debates entre él y Pedro Solbes. El ministro de Economía los ha aceptado, mientras que Pizarro ha preferido esconderse detrás de sus mentiras y, por supuesto, ha dicho no. Sólo era pose.
Desde el PP no hacen más que lanzar agoreros mensajes sobre la situación de la economía con el único objeto de inquietar a la población y sembrar el desánimo para que la gente no vote. Sin embargo, saben que su ¿análisis? sobre la sitación de la economía es falso. Saben que el crecimiento del PIB en esta legislatura ha sido superior que cuando gobernaba el PP; que se han aumentado las pensiones, que se ha creado más empleo, que hay un superávit del 2% de PIB que nos da un colchón para afrontar posibles dificultades. En fin, saben que Pizarro no tiene argumentos para rebatir estos hechos constatables. Por eso esconden a su fichaje estrella, porque prefieren seguir echando porquería al ventilador en lugar de debatir con argumentos.
No quieren que la realidad les estropee un buen titular.
Daños económicos colaterales
Ayer no fue un buen día para las bolsas. Todas las plazas mundiales sufrieron pérdidas considerables, en la mayoría de los casos por encima del 5%. La primera reflexión que me surge es que esto no puede ser culpa de la política económica de Zapatero, como dice el PP. Para bien o para mal, no somos tan influyentes en la economía mundial.
La pregunta es si es culpa de la política económica del señor Bush. Pues en este caso, parece ser que sí. En efecto, tanto la prensa nacional como internacional achaca el desplome de ayer a la reacción del mercado ante la insuficiencia del plan de estímulo fiscal anunciado por Bush el viernes pasado. Y es insuficiente porque no tiene recursos, ya que éstos se están perdiendo en ese agujero negro en que se ha convertido Irak. No sólo ha sido la peor decisión política de las últimas décadas, sino que también ha sido la peor decisión económica. Fruto de la guerra de Irak, Estados Unidos ha tenido en 2007 un déficit fiscal cercano al 2% del PIB (contrasta con nuestro superávit del 2%). En 2008, se han presupuestado más de 158.000 millones de dólares para sufragar los gastos de la guerra en Irak, lo que supone 18.000 millones de dólares más que el paquete que aprobó el viernes pasado para impulsar la economía estadounidense. El señor Bush no tiene dinero para impulsar la economía porque la guerra de Irak, no sólo no ha traído petróleo barato como se anunciaba, sino que ha debilitado la situación de las cuentas públicas estadounidenses. Bush, a diferencia de Zapatero, no ha preparado su economía para las turbulencias. El problema es que su incapacidad la pagamos todos.
Una campaña del siglo XXI
Hoy se han reunido los coordinadores de campaña electoral del Partido en todas las provincias de España. Este encuentro marca para nosotros el arranque de la precampaña electoral y el inicio de un periodo en el que queremos trasladar a ciudadanas y ciudadanos, no sólo las propuestas de nuestro programa para la próxima legislatura, sino algo que los socialistas sabemos transmitir mejor que nadie: ilusión.
El Partido Popular quiere imponer entre la población el pesimismo, el miedo al futuro y la nostalgia del pasado, simple y llanamente porque no confía ni en España ni en los españoles. Nosotros, sin embargo, vemos el futuro con ilusión y esperanza. Esto nos hará trabajar con más firmeza en el logro de nuestros principales objetivos: seguir aumentando el nivel de bienestar de la inmensa mayoría de los españoles y dar el paso decisivo para que el que todo el que quiera trabajar pueda hacerlo; avanzar decisivamente en la modernización de España y aprovechar todas las oportunidades que esta nueva era histórica nos ofrece y, por último, encontrar los nuevos modos y modelos de convivencia que necesita una sociedad nueva y distinta.
Para presentar nuestras ideas vamos a hacer una campaña del siglo XXI. Será movilizadora, porque nuestro primer objetivo es que acudan a votar el mayor número de ciudadanas y ciudadanos; será positiva, porque positivo es el talante con el que afrontamos el futuro de España y será fresca, innovadora e ilusionante. No vamos a hacer una campaña rutinaria. Presentaremos muchas novedades y, sobre todo, transmitiremos la idea de que este país merece la pena, que nos enfrentamos a apasionantes retos que estamos dispuestos a abordar porque, a pesar de lo que dice la derecha agorera que tenemos, el futuro no es negro.
El PP vuelve al bunquer
Los mismos rostros del 2004. Los de la mentira, el decretazo, la guerra de Irak….. aznarismo en estado puro.
El aznarismo decide. Por la mañana incluye a Pizarro, su hombre de negocios. Por la tarde excluye a Gallardón, el moderado. Por cierto, su salida del Ayuntamiento después del 9 de marzo puede propiciar que Ana Botella termine siendo la alcaldesa de Madrid. ¡Bingo!
Antes ya había colocado a toda su gente, Zaplana, Montoro, Rudí, Trillo, Ana Mato, González Pons, Pilar del Castillo, Teófila… Todo esto en clave de sucesión. Nadie ya en el PP da un duro por la victoria de Rajoy. Sólo se piensa en la sucesión, y para ello todo tiene que estar atado y bien atado para el día después.
Las listas del PP desprenden la esencia más concentrada el aznarismo. Sirva un ejemplo, en la lista de Madrid, mejor Zaplana que Gallardón.
Huele a covacha, huele a caverna de fiera: huele… al pasado: huele a perfume Varón Dandy.
El tiburón del capitalismo sale de la madriguera
Sabíamos que Manuel Pizarro era un político. Un político del PP. Ahora se quita la careta. A más de uno se le quedó cara de póquer, sobre todo a Gallardón.
Ahora se confirma lo que ya sabíamos: el PP ponía al frente de las empresas a los suyos para coparlas, les pagaba bien y les utilizaba en el combate político.
Ahora confirmamos quién convirtió una decisión empresarial, la OPA sobre Endesa, en una batalla política contra el Gobierno, siguiendo las indicaciones de Aznar y del PP.
Ahora sabemos que atacaba todo aquello que oliera a Cataluña porque el PP había comenzado una campaña política en toda España contra los catalanes para dividir y enfrentar a los españoles entre si.
Ahora sabemos que por hacer todo eso cobró al salir de Endesa más de 15 millones de euros en sueldo e indemnización, lo diré en pesetas para que todo el mundo entienda de lo que hablo, cerca de
2.500 kilos, pagada por los accionistas de Endesa a los que decía defender ¿Será capaz ahora, como sostiene Rajoy, de decirle a los españoles que es mucho subir el salario mínimo interprofesional en 200 euros al mes?
Un autentico tiburón de los negocios, del capitalismo, mentor económico de Aznar, es lo que nos propone Rajoy para Ministro de Economía del Gobierno de España ¡Qué horror! que no vuelvan.
¿Quién tiene que obedecer?
Según el portavoz del PP en las Corts valencianas, la vicepresidenta primera del Gobierno tiene que desobedecer al presidente Zapatero y defender, e incluso pedir perdón, al cardenal de Valencia Agustín García-Gasco por las declaraciones que ha realizado sobre los obispos. ¡A García-Gasco! ¿Se acuerdan? El mismo que dijo que la política del Gobierno nos dirige a la “disolución de la democracia”.
Lo que tenía que hacer este portavoz del PP es pedir a García-Gasco que obedezca al presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, el cual manifestó la semana pasada que “hay que llevar con dignidad las dificultades” de la misión apostólica “sin echar las culpas a derechas o izquierdas”. Otra cuestión que tendría que pedir este portavoz, en este caso al presidente de su partido, es que Rajoy aclare su postura respecto a la iglesia, aunque ya sabemos, porque el propio Rajoy lo ha dicho, que aspectos como la derogación del matrimonio homosexual van a ser tomados en cuenta según la oportunidad.
Lo único que ha hecho el Gobierno después de la concentración celebrada en Madrid en apoyo a la familia cristiana y al PP ha sido contestar a los graves ataques sufridos en el transcurso de ese encuentro, algunos de lo cuales fueron lanzados por el cardenal García-Gasco. Esta posición no ha consistido en ataques a la iglesia o a los cristianos, como muchos en el PP están diciendo de manera electoralista, sino en la exposición de argumentos lógicos que se resumen en una idea básica en un sistema democrático: todos tenemos derecho a tener derechos, independientemente de religiones o ideologías. En todo caso, de lo que hay que defenderse es de quienes promueven declaraciones como las realizadas por García-Gasco.
No a la brutalidad
El secretario de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, dijo ayer que el Gobierno debería poner en marcha un Decreto Ley de medidas de reforma económica “brutal” para sacar a la economía de la desaceleración. A mí, este tipo de declaraciones me inquietan, porque ya sabemos todos lo que representa la palabra brutal en boca de la derecha: decretazo, congelación del sueldo de los funcionarios, recorte de prestaciones sociales, reducción de becas… En definitiva, la política económica que ha desarrollado el PP cuando ha estado en el poder.
También sabemos quiénes serían los más perjudicados por la brutalidad económica que pregona ahora el PP: pensionistas, a los que se mediocongelaría sus pensiones; ciudadanos con las rentas más bajas, a los que no se les subiría el salario mínimo; jóvenes que verían reducidas, cuando no desaparecidas, sus becas o que dejarían de percibir ayudas para poder emanciparse.
Si hay un ámbito en el que lo último que se debe hacer es adoptar medidas brutales ese es el de la economía. En este campo no valen las decisiones brutales para resolver cuestiones puntuales en el corto plazo ya que, a la larga, pueden terminar resultando contraproducentes. Ante estas reacciones histéricas e injustificadas, el Gobierno presenta hechos: incremento en las pensiones y el salario mínimo, ayudas de emancipación para los jóvenes, tres millones de puestos de trabajo creados en esta legislatura, 3,8% de crecimiento del PIB, o superávit, es decir, mayor ahorro en las cuenta del Estado que nos permite hacer frente a futuro mejor.
Una base sólida y bien construida
Durante esta legislatura, la economía española ha mantenido un nivel de crecimiento muy superior al de la zona euro y de la OCDE, se han creado más puestos de trabajo que ningún otro país de nuestro entorno, (sólo este año 650.000) y se ha logrado el superávit de las cuentas del Estado y aumentar el fondo de reserva de la Seguridad Social, lo que va a garantizar el mantenimiento del sistema de pensiones en el futuro. Todo ello, acompañado de importantes aumentos en el gasto social que han revertido de manera muy positiva en amplias capas de la población. Estas afirmaciones son inapelables y fácilmente contrastables por mucho que se empeñen en negarlo los responsables del PP los cuales, por cierto, no se han acordado de la economía en toda la legislatura porque creían que no podían utilizarla como arma electoral.
En los últimos meses han surgido nubarrones en el entorno económico mundial que están afectando a España, y esto es también incuestionable. No obstante, la política desarrollada por el Gobierno durante la legislatura ha sentado las bases necesarias para que nuestro país afronte la nueva coyuntura económica internacional con confianza. Esto es así, ya no sólo por el saneamiento de las cuentas públicas, sino porque desde el Gobierno se ha potenciado un modelo de crecimiento basado en la investigación, el desarrollo y el conocimiento y no sólo en el ladrillo.
Los fundamentos de la economía española son sólidos. De hecho, según a OCDE y la Unión Europea, España seguirá siendo el país más dinámico en crecimiento y se espera que su PIB aumente alrededor del 3%. La inflación volverá a niveles razonables a partir de abril y durante la próxima legislatura se crearán dos millones de empleos.
Hay, además, dos cuestiones importantes. Por un lado, el ahorro del Estado va a ayudar a afrontar mejor posibles periodos de crecimiento más moderado. Por otro, las capas de las población que puedan ser más sensibles a un periodo económico menos favorable se van a ver beneficiadas por las políticas desarrolladas por el Gobierno, que permiten a los jóvenes recibir ayudas para acceder a viviendas en alquiler, crear más puestos de guarderías públicas o el aumento tanto del salario mínimo como de las pensiones, por poner sólo unos ejemplos.Los responsables del PP podrán decir lo que quieran pero, a pesar de las previsiones agoreras de sus portavoces y de su interés por meter el miedo en el cuerpo a todos los ciudadanos, España va a superar con creces los problemas coyunturales de la economía porque durante estos cuatro años se han sentado las bases para que sea así. Cuánto ganaría España si el principal partido de la oposición se dedicara a hacer política y no a lanzar a los cuatro vientos soflamas agoreras que, además de falsas, no sirven más que para insuflar el pesimismo entre todos los ciudadanos. Pero me temo que eso es como pedir peras al olmo.
Abandonar el cinismo
Espero que antes de pedir el voto directa o indirectamente para el PP, la jerarquía eclesiástica le exija que introduzca en su programa la derogación de la Ley del Divorcio, la derogación de la Ley del Aborto, la derogación de la ley que permite a las personas del mismo sexo contraer matrimonio o la derogación de la Ley de Igualdad para volver a la familia tradicional.
Si así lo hacen, y si la respuesta es positiva, les asiste el derecho a pedir el voto para el PP. Sin embargo, si la respuesta es negativa, tienen dos opciones: o presentarse a las elecciones o mantenerse al margen de la política.
¿Incluirá el Partido Popular estas derogaciones en su programa electoral para las próximas elecciones? La respuesta es no, porque el PP tira la piedra y esconde la mano.
