martes, 14 de octubre de 2008

Millás y las palabras


Me confieso un admirador de Juan José Millás. Lo digo antes de seguir para que entendáis que mi comentario ni puede ni quiere ser objetivo.

El lunes recibí un sms con una buena noticia: Millás, Premio Nacional de Narrativa 2008. Fue un buen presagio. Acostumbrado, en los últimos días, a recibir sólo mensajes con noticias preocupantes pensé: hoy va a ir mejor. Y así fue. Una serie de buenas noticias se van encadenando desde entonces. Las buenas noticias, como las malas, parecen conjurarse para darse a conocer una tras otra y pareciera que se alimentan entre sí. Se aproximan, se contagian, por simpatía, hasta parecerse unas a otras.

Decía ayer Millás, “vivo en conflicto con las palabras”. Hay veces que sólo con el conflicto, con el roce o la agitación se genera la energía capaz de alumbrar algo bonito. Recordaba, al leerle, a aquellas enfiladotas de collares que eran capaces de devolver, otra vez unido, aquellos colgantes a los que el uso hacía desparramar por los suelos las cuentas que habían sido acariciadas con cariño durante años.

Como esas enfiladoras de collares, Millás, tiene la capacidad de enhebrar palabras. Tiene el ingenio, la paciencia y el arte de pasar su hebra por los agujeros de cada cuenta, de cada perla, de cada palabra, para ofrecernos el regalo de sus relatos. Las palabras, como las perlas, son bonitas en sí mismas. Pero dependiendo de quién y cómo se unan lucirán o no alrededor del cuello y recibirán los latidos que las emociones imprimen a nuestro corazón.

Esa es la destreza que tiene Millás. Recoge las mejores palabras; las más vulgares; las ardientes y las frías; las que se esconden vergonzosas y las que salen altaneras de nuestra boca muchas veces sin pedir permiso. Sabe unirlas con esa maestría que permite alcanzar nuestros sentimientos. Que provoca nuestra sonrisa o nos zambulle en la tristeza. Que igual nos lanza al futuro como nos traslada al pasado en un solo golpe de párpado. Y siempre con la valentía que sólo tienen los hombres buenos.

4 Comments:

At 15 octubre, 2008 00:16, Blogger Manolo Nolla said...

Bonito también tu comentario

 
At 15 octubre, 2008 01:00, Blogger Be_Agua said...

La palabra.

Siempre prueba. Siempre humana.

Nunca vacía, si es pronunciada. A veces llena cuando se calla. Y vacía siempre cuando ni es recordada.

Las palabras se ensartan y se vuelven bellas porque se quieren unas a otras, porque van encontrándose, porque descubren entre ellas nuevas afinidades antes insospechadas. Porque se dejan, porque no tienen prejuicios unas de otras, y tienden lúdicas y felices a descubrir qué nuevo pacto hacer con esa nueva que acaba de llegar a su lado.

Cómplice siempre fiel a los sentimientos. El guarda de su puerta que deja entrar en ellos o correr una cortina, a veces un teatro. Salir a cuentagotas o en cascada. El que abre y cierra la puerta, o la deja, prudente, entornada. El que pelea por ellos, mientras ellos permanecen sentados. El que incluso nos rebela los nuestros propios, y que somos humanos.

La palabra es lucha, la lucha es la ausencia de palabra, y la lucha de la palabra es la ausencia de la lucha. Y si algo hace bella a la palabra es su lucha, su utopía, su desesperación por conseguir lo imposible: ser sentimiento, poder dejar de ser palabra.

Y amenazando, siempre acechante: el silencio.

Silencio, otra palabra.

 
At 15 octubre, 2008 02:18, Blogger duda y meditación said...

Felicidades, Millás.

 
At 25 octubre, 2008 02:31, Blogger duda y meditación said...

(Con toda mi admiración hacia Millás, me permita imitar ligeramente su estilo como hago cuando me da la gana con el de Cortázar). (quiero decir: ...que no se moleste).

Introducción:
"Los estatutos secretos del PP.
El partido no ha hecho pública aún la ponencia aprobada en el Congreso hace cuatro meses"

"Una de las razones que dan en el PP es que "se trata de normas internas del partido". Así, señalan que los nuevos estatutos del partido ya están "aprobados, corregidos, editados y han sido remitidos a las comunidades autónomas". De hecho, mantienen que los afiliados los pueden consultar en las sedes."



Desarrollo:
-hola!, ...que vengo a leer el estatuto.
-vale. (sonido de una llave en una cerradura herrumbrosa), venga, tienes que pasar a esta habitación, pero no puedes pasar ni con el móvil ni con cámaras fotográficas. Y tampoco puedes tomar notas... el bóli!, déjalo aquí...

El afilado curioso pasó a la pequeña y oscura habitación, donde un libro estaba iluminado con una luz cenital, y tal, se acercó con emoción, le vibraba el pensamiento ante lo desconocido... y comenzó a leer: ...pero, ...pero, si es la Biblia?! ..."la biblia en verso"...
(Desconcertado, el afilado insatisfecho se dijo que se lo iba a contar a todo el mundo, a Millás el primero...):

-Están rimados...! ¿tu te crees...?


un saludo.

 

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